Esta fue la primera canción que conocimos de esta banda y desde el primer minuto quedamos estupefactos, fue agradable conocer un tema que dijera todo y nada al mismo tiempo, en esta pista es todo un reto no ponernos un tanto existencialistas, la mágica voz de la cantante tiene una gran facilidad para hechizar a la audiencia, su interpretación cae entre los límites de lo emotivo, lo inspirador y lo enigmático, estaremos en un limbo sonoro que nos hará cuestionarnos muchos pensamientos, esto lo sentimos como un proceso edificante que nos hace rebobinar la mente.

Al adentrarnos en esta rola notaremos que algunos tintes de synth rock se combinan con un diseño psicodélico, lo que abre un espacio para que la espiritualidad y un paisaje cósmico interactúen de una forma nunca vista, la nueva versión es más extensa y eso nos abre la posibilidad de sentirnos en una aventura que trasciende la mente, sumado a esto, los versos plantean ideas fantásticas con las que podrás desnudar el alma, esto nos asegurará minutos de aura celestial.

Otro de los temas que siguen un camino psicodélico y espiritual es “Bandera”, hay una diferencia muy marcada ya que aquí podremos coexistir con emociones que acarician la melancolía, a decir verdad, es un momento de incertidumbre que no te deja en claro tu destino, justo eso es lo que hace íntima a esta composición, no hace evidente lo que transmite gracias a que cuenta con una ambientación sonora enriquecedora, con esta última pista se vuelve relajante soltar líos emocionales, es como dejarse de aferrar a una dura realidad.

Una de las canciones que aviva el fuego del amor es “Aniversario”, en esta composición todo se hace agradable, es un momento clave en el que podremos hacer un brindis por el amor verdadero, esta evocadora pista plantea bellas ideas que podrás dedicar a tu pareja, pero no te confundas, este no es un tema romántico, no le pone miel a un caramelo, crea un espacio en el que difícilmente te empalagarás, simplemente manifiesta sentimientos reales y perspectivas que nos motivarán a valorar el tiempo y las relaciones más que nunca.